Narraciones Poetosas: El triunfo histórico de Panamá



Por Omar Colío  

Después de su heroica victoria sobre Estados Unidos a domicilio, Panamá andaba por la Copa América con la libertad del obrero que asesina al patrón y expropia todos los bienes usurpados. Ahora, faltaba lo más difícil, escribir su nombre en la historia. El equipo panameño saltó a la cancha de Orlando con esa intención. Fajardo los puso arriba con una maravillosa jugada en la que controló exquisitamente la bola y penetró la portería rival con una violenta media vuelta que rompió las redes de la historia y los puso adelante.

Aunque el orgullo profesional de los bolivianos los llevó a empatar el encuentro y ponerle más difícil la misión a los panameños, Eddie Guerrero planeó sobre el área remató contundentemente un centro poético del capitán Eric Davis para reencaminar a la nación canalera hacia el glorioso camino nunca antes explorado.

En el último minuto, entró al campo César Yanis, a cerrar el juego con la frialdad de Marianito Rivera. Apenas segundos después de ingresar a la cancha, en los cuernos de la luna, bajó el balón con la suavidad de un verso y se acomodó el balón para que de su pierna derecha saliera un cometa tan teledirigido y lírico como una recta cortada de Marianito. ¡Apaga y vámonos! Y así, con la luz de ese cometa, Panamá logró lo impensable: encontró su lugar en la constelación del fútbol y se metió entre los ocho mejores del continente.

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