Cómo la codicia de la UEFA arruinó la Eurocopa

 


Por Omar Colío

Cómo la codicia de la UEFA arruinó la Eurocopa

La Eurocopa, el torneo de selecciones nacionales de futbol más prestigioso de Europa, solía ser una competencia espectacular, un escaparate de excelencia deportiva. Sin embargo, en los últimos años, la codicia de los que mueven el mundo del futbol profesional ha comenzado a erosionar la calidad y la esencia misma del torneo. Este ensayo explora cómo la avaricia de la UEFA y sus socios ha contribuido a la disminución del nivel de la Eurocopa, afectando tanto la competitividad del evento como su autenticidad y atractivo. A tal punto de que el nivel mostrado en la Eurocopa que se está jugando en estos momentos en Alemania ha sido paupérrimo. Hoy en día la Eurocopa sólo sirve para que las cabezas menos brillantes y por lo tanto más intolerantes de Europa se reúnan a embriagarse, entonar cantos xenófobos y racistas y aventarle vasos de cerveza a los jugadores del equipo rival durante los partidos.

En el pasado la Eurocopa era uno de los torneos con mayor competitividad en el mundo, desde la fase de grupos se podían ver cruces espectaculares entre equipos contendientes al título que jugaban a todo su potencial debido a la exigencia competitiva del torneo. Pero esto cambió cuando la UEFA decidió expandir el formato del torneo a partir de la Eurocopa 2016, aumentando el número de equipos participantes de 16 a 24. Esta expansión fue impulsada por el corruptísimo ex presidente de la UEFA, Michel Platini y su único objetivo era incrementar el número de partidos y así generar más ganancias para los organizadores a partir de los ingresos por derechos televisivos, patrocinios y venta de entradas. Sin embargo, esta decisión ha tenido consecuencias negativas en términos de calidad.

Con más equipos en competencia, el nivel promedio de los partidos ha disminuido. Anteriormente, cada encuentro en la fase de grupos era potencialmente crucial y de alta calidad debido a que había más en juego, en el formato actual que permite que cuatro de los seis terceros lugares de cada grupo avancen a la siguiente ronda (que será similar al del próximo mundial) favorece la mediocridad y sobre todo permite a los equipos especular bastante respecto al futuro, que es lo que principalmente afecta el nivel y la intensidad con los que los equipos enfrentan los juegos. La fase de grupos se ha diluido, dando lugar a partidos menos atractivos y competitivos. Si no me creen véase la hecatombe que fue el Grupo C en la edición de este año. O como Portugal se coronó en 2016 con un futbol rácano y mediocre. El aumento de equipos también acrecenta la mediocridad de los equipos que llegan a la fase de eliminación directa a la que ahora acceden equipos con una falta de calidad evidente que los orilla a encarar los encuentros con posturas extremadamente defensivas que atentan contra el espectáculo en el juego.

Sobrecarga del Calendario y Fatiga de los Jugadores

Además del formato del torneo, La codicia también afecta el nivel del campeonato vía la sobreexplotación que sufren hoy en día los jugadores, quienes enfrentan calendarios cada vez más saturados. Los clubes y federaciones buscan maximizar sus beneficios económicos programando más competiciones y partidos, lo que lleva a una sobrecarga de trabajo para los futbolistas. Esta situación afecta directamente al rendimiento de los jugadores en la Eurocopa y en cualquier torneo veraniego. Y esto sólo se pondrá peor con el nuevo formato de la Champions, ahora embarazada con muchos más partidos.

Llegando al torneo fatigados y, en muchos casos, con lesiones, los jugadores no pueden rendir al máximo de sus capacidades. La calidad del fútbol que se muestra en el torneo se resiente, ya que los partidos carecen de la intensidad y brillantez esperadas. Además, la fatiga aumenta el riesgo de lesiones graves, lo que no solo perjudica a los equipos, sino también priva a los aficionados de ver a las estrellas en su mejor forma.

Comercialización y Pérdida de la Esencia

La creciente comercialización del fútbol ha llevado a una Eurocopa dominada por intereses económicos. Las decisiones sobre sedes, horarios y formatos se toman con el objetivo principal de maximizar las ganancias, a menudo a expensas de la equidad y la lógica deportiva. Por ejemplo, la Eurocopa 2021, organizada en múltiples países, se justificó como una celebración del 60 aniversario del torneo, pero en realidad, la decisión facilitó la explotación comercial a través de un mayor número de sedes y mercados.

Esta dispersión geográfica tuvo consecuencias negativas: los equipos y aficionados tuvieron que enfrentarse a desplazamientos largos y logísticamente complicados, lo que afectó tanto la preparación de los jugadores como la experiencia de los seguidores. La falta de una sede fija también diluyó el ambiente festivo.

Conclusión

La codicia, en sus múltiples formas, ha tenido un impacto significativo en el nivel de la Eurocopa. La expansión del formato, la sobrecarga de los jugadores, la comercialización excesiva han contribuido a la disminución de la calidad y competitividad del torneo. Para preservar la esencia y el prestigio de la Eurocopa, es crucial que los responsables del fútbol europeo reconsideren sus prioridades y pongan el bienestar del deporte y de los jugadores por encima de los beneficios económicos a corto plazo. Solo así se podrá asegurar que la Eurocopa siga siendo una celebración del mejor fútbol que Europa tiene para ofrecer. La Eurocopa se ha convertido en un estandarte del futbol neoliberal, ese que para verlo se necesitan desembolsar grandes cantidades de dinero para que al final resulte un espectáculo dantesco de muy baja calidad. Y eso es una constante en el neoliberalismo, doctrina violenta impulsada por y para los de arriba que encarece y baja la calidad de los productos hasta que el consumidor termina pagando grandes sumas de dinero por mierda. Ojalá la calidad de la Eurocopa mejore en la fase de eliminación directa.

¡¡¡MUERTE AL FUTBOL NEOLIBERAL!!!


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