El regreso del St. Pauli


 

Por Omar Colío

Después de trece años en la segunda división, el icónico FC St. Pauli por fin ha logrado ascender nuevamente a la máxima categoría del futbol germano. El St. Pauli dice ser un símbolo de rebeldía en todo el mundo, un club que busca llegar al tejido social, que no se conforma con dedicarse a las incidencias que ocurren sobre la cancha. Dice ser un equipo con conciencia que también se enfoca en las batallas libradas más allá del terreno de juego. No obstante, su regreso a la primera categoría de la Bundesliga está envuelto en un aura de polémica por el desencanto que una parte de sus seguidores han tenido con las recientes acciones e inacciones club.

La hinchada del St. Pauli festeja su ascenso.

La mística del equipo creció una vez que se convirtió en un equipo de culto para personas “antisistema” y “Punks”. Sus colores han sido enarbolados por bandas como Panteón Rococó, Dropkick Murphys, Talco y Anti-Flag, que ayudaron a que el fenómeno del St. Pauli se esparciera por todo el mundo y que se venerara al equipo como el club de los antifascistas, de todos aquellos que luchan por un mundo más igualitario.

Pero, ¿en realidad el St. Pauli es un equipo de futbol que cree en lo que predica o simplemente es una estrategia publicitaria de un club pequeño para atraer más seguidores?

Para responder a esta pregunta, comencemos haciendo un repaso rápido por la historia del equipo. Se fundó en 1910 en St. Pauli, un barrio de Hamburgo conocido por ser la zona roja de esa ciudad. Por cierto, St. Pauli también es barrio en el que los Beatles comenzaron su carrera musical. (Dato random del día).

En fin, fue hasta la década de los 80 del siglo pasado cuando sus aficionados lucharon y  lograron cancelar el proyecto de la comercialización del nombre su estadio.

Dicho grupo alternativo emergente de la zona roja, tomó la Jolly Roger como su emblema y le dio al equipo una nueva identidad alineada con el estilo de vida punk. Desde los aficionados se le dio al equipo una personalidad de izquierda, de activismo social y de ambiente festivo,  que es lo que lo mantiene popular hasta la fecha.

El St. Pauli se convirtió en el primer equipo de Alemania en prohibir oficialmente las actividades y exhibiciones nacionalistas de derecha en su estadio en una época en la que el vandalismo futbolístico de inspiración fascista amenazaba el juego en Europa.

La mayoría de los hinchas del equipo se consideran antirracistas, antifascistas, antihomófobos y antimachistas, lo que en ocasiones les ha hecho entrar en conflicto con neonazis y hooligans en los partidos fuera de casa, también presume ser el club con más hinchas mujeres en Alemania. Además son conocidos por organizar La Copa Mundial de la FIFI con naciones no reconocidas por la ONU y la FIFA. 

El St. Pauli dice creer tanto en estos ideales que inclusive redactÓ un conjunto de Principios Fundamentales para dictar cómo se gestiona el club,  en el que se declara que: "La tolerancia y el respeto en las relaciones humanas mutuas son pilares importantes de la filosofía del St. Pauli”.

Todo esta historia hizo que el ascenso del St. Pauli a la primera división alemana fuera festejado en todo el mundo por millones de personas que dicen seguir esos principios. Sin embargo, los eventos históricos contemporáneos ha puesto en tela de juicio si el club y su hinchada en realidad creen en esos principios.

Desde que la brutal nueva ofensiva del Estado de Israel sobre Palestina comenzó en octubre del año pasado, las diferencias hinchadas antifascistas de Europa mostraron su desprecio, lo que inmediatamente les causó represalias por parte de la UEFA y las ligas locales, quienes se dedicaron a reprimir cualquier discurso disidente. Pero entre este choque entre manifestantes y represores, el St. Pauli y su hinchada brillaron por su silencio.

El club decidió mantener silencio ante las atrocidades del Estado de Israel para mantener una postura “políticamente correcta” y no ser señalado como antisemita, palabra que los adeptos del Estado de Israel han descontextualizado para justificar las atrocidades que dicha entidad hace en nombre del dinero. Inclusive en el estadio del St. Pauli, algunos de sus aficionados del equipo reaccionaron a la empatía con el pueblo palestino demostrada por otras hinchadas al exhibir una manta que decía: “Desde Gaza hasta Glasgow. Combatan el antisemitismo. Liberen a Palestina de Hamas.”

Estos discursos reaccionarios del St. Pauli y parte de su afición fueron cuestionados por otras aficiones combativas, como la del Celtic que respondió a la manta de estos aficionados del St. Pauli con una propia que decía: “Que se joda el St. Pauli, liberen a Hamburgo de los hípsters.” Cuestionando directamente las verdaderas posturas políticas del club y su hinchada.

Claro que, desde Poesía Ultravioleta sabemos que generalizar es una estupidez. Y también hay que decir que la postura política de la hinchada del St. Pauli no es homogénea. Una sección de la hinchada redactó una carta que cuestionaba a la dirigencia del club por malinterpretar el mensaje antifascista en favor del racismo y el colonialismo utilizando el concepto de antisemitismo para descalificar a las resistencias contra la ocupación sionista.

Yo creo que de esto podemos aprender varias cosas. Primero que nada que: POR NINGÚN MOTIVO HAY QUE IDEALIZAR A NINGUNA PERSONA O ENTIDAD. Hay que analizar todo fríamente. A fin de cuentas, el St. Pauli es un club de futbol que se maneja como un gran negocio, es poco probable que una empresa capitalista esté del lado de los desfavorecidos por más que diga estarlo.

El cambio social, la lucha por la equidad, siempre vendrá desde abajo. Ningún grupo político o agrupación social mainstream luchará contra la estructura que le permita tener una posición privilegiada.

También hay que entender que los grupos humanos son complejos, distan mucho de la imagen de homogeneidad que da el espejismo de la masa. Grupos como las hinchadas del futbol son integrados por personas de diferentes sectores de la sociedad con opiniones y percepciones distintas, no porque porten las mismas prendas o los mismos colores quiere decir que piensen igual.

Y finalmente: Los discursos ideológicos en la realidad suelen ser pura paja. Mientras se está en el desmadre del futbol, mientras se vive la fiesta de la paz uno puede profesar muchas cosas, pero cuando los conflictos aparecen, ahí es cuando la gente demuestra sus verdaderos colores y filiaciones.

El ascenso del FC St. Pauli a la primera división alemana dentro de este contexto es en un reflejo de las complejidades y contradicciones de la sociedad contemporánea. La polémica que lo rodea no solo pone en duda la coherencia del club y su afición con respecto a sus principios, sino que también nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de las identidades grupales y las posturas políticas en un mundo donde las líneas entre lo deportivo, lo social y lo político son cada vez más difusas.

¡ALTO AL GENOCIDIO!

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