Por Omar Colío
Meh, como que ese Elizondo caminaba muy alzadito como para ser el escritor de tanta mamada. Pura fantasía burguesa, puro reflejo de su psique traumatizada, poseída por sus posesiones, por el miedo a perder su privilegio. Me recuerda al cine que hace hoy en día el whitexican Michel Franco. La obra de que porque algo esté bien escrito no quiere decir que sea de calidad. Típico libro apantallapendejos.
En goodreads leí una reseña que decía: “Este librito vale la pena por el cuento de Pao Cheng” en el que el autor usa el recurso de romper la cuarta pared, sacar a su personaje de las páginas de la obra y confrontarlo con el autor, pero este recurso que en Unamuno funciona muy bien, en Elizondo es puro artificio, ejecuta el truco de una manera muy floja, es un huevón y el truco le sale muy chafa, se escamotea por encima muchas cosas, lo ejecuta de una manera muy pobre. Es el típico cuento que te escribes un domingo con tres chelas encima mientras te rascas los huevos.
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