Por Omar Colío
Otro futbol es posible
(Murmullos)
Dr. Chorrillo: A ver, silencio por favor,
jóvenes. ¡Ya vamos a comenzar con la clase!
(Los murmullos continúan)
Dr. Chorrillo: ¡Ya cállense, maldita sea! ¡Ay,
estas nuevas generaciones! Demuestren su educación y guarden silencio! Es hora
de aprender. Por eso están así de brutos, porque no prestan atención cuando
alguien los quiere iluminar. Si Prometeo viniera a regalarles el fuego, seguro
que lo chamuscan, se lo comen vivo y dejan que se apague la llama.
Manuel: Perdón, profe. Estábamos platicando del
juego de anoche. ¿Lo vio? ¡Estuvo de locos!
Dr. Chorrillo: Pfff…no me hablen de futbol, no
profanen este sagrado recinto con sus vulgaridades. Ya lo dijo Borges: “El
futbol es popular porque la estupidez es popular”. Ni siquiera se preocupan por
la calidad estética del juego, sólo les importa que su equipo gane y si pierde
se ponen violentos y golpean a su mujer o a los aficionados del otro equipo.
¿Qué no vieron lo que pasó en Querétaro? Si al vulgo le gusta el futbol
es porque el vulgo piensa con los pies. ¿Qué no se dan cuenta de que todo es
manipulación? Que lo que patean esos lerdos que corren en pantalones cortos
detrás de una lechuga putrefacta no es un balón sino los cerebros de los
aficionados?, ¿no saben que la hegemonía utiliza al futbol como medio
para idiotizar a la gente? Parafraseando una cita de mi enemigo intelectual:
“El futbol es el opio de las masas”.
Manuel: Ay, ay, ay, ay, ay, ay. ¿Apoco chi?
¡Cálmese don intelectual!
Dr. Chorrillo: En un mundo de ignorancia, sólo
triunfará aquel alumbrado por la luz de la inteligencia.
Manuel: Con todo respeto, ¿Usted que sabe?
¿Alguna vez ha jugado futbol?
Dr. Chorrillo: Lamentablemente sí. Aunque he de
decir que lo hice en contra de mi voluntad. Obligado por la brutal tiranía de
mis simiescos profesores de educación física.
Manuel: ¿Y jugaba bien? ¿Sí la movía?
Dr. Chorrillo: Por supuesto que no. En el futbol
sólo triunfan los bárbaros.
Manuel: Ya me lo suponía.
Dr. Chorrillo: En fin, comencemos con la lección.
Aristóteles decía que había tres tipos de poesía….
Manuel: (Interrumpe)…¿Y qué escribió Sócrates al
respecto?
Dr. Chorrillo: Pues nada, ¿Qué no sabe usted que
Sócrates no escribió nada? Toda la filosofía de Sócrates la conocemos gracias a
la obra de Platón.
Manuel: No, en realidad, Sócrates escribió mucho.
Dr. Chorrillo: Martínez, si pasara más tiempo
leyendo y menos viendo futbol no diría tantas estupideces.
Manuel: Y si usted pasara más tiempo explorando
lo que no conoce del mundo y menos tiempo revolcándose en el fango de lo que ya
es bien sabido, a lo mejor de verdad sería inteligente. No me refería a
Sócrates, el violaniños que se dio un pasón de cicuta, sino a Sócrates el que
jugaba en el Corinthians.
Dr. Chorrillo: Sólo un bárbaro se expresaría así
del gran Sócrates y lo compararía con un futbolista.
Manuel: Sólo un ignorante no sabría que en parte
gracias al activismo del Dr. Sócrates y sus compañeros desde la cancha, la
democracia regresó a Brasil. Pero como usted es tan sabio y tan docto, me
imagino que ya conocerá esa historia.
Dr. Chorrillo: Eh, sí….claro….
Manuel: Y de seguro también sabe que Sócrates fue
a jugar a la Fiorentina sólo para poder leer a Gramsci en su lengua original.
Dr. Chorrillo: (Hace un sonido de pedo con la
boca) Pfff…Gramsci, un intelectual menor.
Manuel: Pues eso dice usted, otros dirían que la
lectura de su obra es necesaria para comprender el presente. ¿No estaba usted
diciendo hace rato que la hegemonía no sé qué? En fin, ¿Sabía que Gramsci era
fanático del futbol? Igual que Pasolini.
Dr. Chorrillo: Justo por eso el marxismo es una
pérdida de tiempo.
Manuel: Sí, ya me di cuenta que usted no le
interesa mucho lo que piensen las clases populares.
Dr. Chorrillo: Pues no, pura vulgaridad, pura ignorancia.
Por eso estamos como estamos.
Manuel: Oh, ¿qué paso, profe? ¿Por qué tan
elitista? ¿Por qué tan cuadrado?
Dr. Chorrillo: Le aseguro que no soy ni elitista,
ni cuadrado. Soy un ser humano y trato de disfrutar de la vida igual que todos.
La lectura es mi pasión más entrañable, pero también disfruto de otros placeres
más mundanos, como el tabaco, las mujeres y el vino. Inclusive de joven
practiqué deportes en el club, pero deportes de caballeros, como el tenis y la
esgrima, no deportes de panaderos.
Manuel: ¡Vaya, vaya, Dr. Chorrillo! veo que su
defensa del intelecto no es rival para su falta de sentido del humor. Pero
bueno, usted es un hombre de gustos refinados. No todos podemos ser tan
polifacéticos como usted. No todos tenemos la suerte de nacer con una espada en
la mano, mucho menos nosotros los panaderos. Mis disculpas por no estar a la
altura de sus estándares caballerescos, de sus parámetros hedonistas. Y sí, sé
que para usted el futbol es como la antítesis de la poesía, pero permítame decirle
que hay poesía en la manera en que Messi gambetea entre los defensas o cómo
Ramoncito Morales convertía un tiro libre en un arte. Pero supongo que eso es
demasiado vulgar para los gustos de un erudito como usted. Pero permítame
preguntarle, ¿cuándo fue la última vez que se embarró un poco en el fango de la
vida? Porque, si bien es fascinante escucharle hablar de tenis, de filosofía
para futuros fans de Milei y sobre todo de cómo le gusta jugar a las espaditas
con otros hombres, creo que se está perdiendo de las delicias de la vida. Allá
en mi Ecatepunk no teníamos mucho. A los niños nos trataban a puro palo, lo
mismo que a las mujeres. La carencia hacía que todo el mundo estuviera todo el
tiempo enojado, menos cuando ganaban las Chivas, que era cuando todo el barrio
estaba de fiesta, cuando la alegría corría entre los tristes rostros del
proletariado como corría la cerveza. Ah, esos momentos eran poesía, Dr.
Chorrillo, poesía que usted quizás nunca entenderá desde su pedorre…digo, su
pedestal intelectual. En esos momentos conocí la verdadera felicidad, conocí
que la vida no son sólo palos. Por eso ¡Que viva el futbol! Y ¡Arriba las
Chivas, perros!
Dr. Chorrillo: Hmmm, ya veo. Su origen humilde
explica que se identifique con el marxismo. Sin embargo, lo que usted dice
parece…Hmmm…digamos, elaborado. Parece diseñado para hacerle frente a una
figura de autoridad estereotípica. Me pregunto si usted en realidad es marxista
o es un simple sofista, un payasito de la clase. Yo alguna vez también fui un
sofista, pero me di cuenta que también era una pérdida de energía. Le pido por
favor a usted y a la clase que respeten mis canas, ya se saben aquello de que más
sabe el diablo…en fin. Me niego a ser un estereotipo y se lo voy a probar, en
lugar de simplemente barrer sus pobres argumentos sofistas como normalmente
haría, hoy voy a hacer algo extraordinario, yo tomaré su lugar en el pupitre y
le voy a dejar a usted levantarse a dar la lección de hoy, ¿le parece?
Manuel: Ehhh…pues….
Dr. Chorrillo:¿Le parece o no? Esta oportunidad
no se repetirá.
Manuel: Ehhh, sí…está bien.
(Manuel y el Dr. Chorrillo cambian de lugar, el
resto de los alumnos lucen inquietos).
Manuel: Ehh…Bueno…Este….Hmmmm…¿Por dónde
empezar?...Bueno…podría decir qué….
Dr. Chorrillo:¿ (Interrumpe) Ja….lo sabía. Usted
es rebelde por el simple hecho de ser rebelde, pero cuando se le escucha,
cuando se le pide que aporte algo no tiene nada qué decir. Qué barbaridad. Qué
desgracia. Qué tristeza. Por lo menos los marxistas de mi generación eran gente
sólida. Ingenua, pero sólida. Por lo menos estaban organizados y si le metieron
dos que tres sustos a los empresarios y hasta el gobierno, pero ahora…Pfff…puro
sofismo, puro impresionismo, pura rebeldía sin sentido.
Manuel: Oh, relájese. Sólo estoy ordenando mis
ideas, no venía preparado, es muy burgués eso de no tener paciencia.
(El comentario causa risas y aprobación en la
mitad del alumnado, la otra mitad-la que está del lado donde está sentado el
Dr. Chorrillo luce indignada, el Dr. Chorrillo está a punto de decir algo y
retomar el control de la clase, pero se contiene).
Dr. Chorrillo: ¿Ok. Muy bien. ¿Cuánto tiempo más
le tenemos que dar para que demuestre que sí tiene algo que decir?
(Pausa larga; Manuel se aclara la garganta).
Manuel: Ehmmm…Bueno….A pesar de las opiniones
burguesas que nos rodean, hoy vengo a proclamar que ¡Otro futbol es posible!
Sí, sí….El futbol del presente, el futbol profesional es el paraíso del modelo
neoliberal, esto no es porque el futbol sea así, sino porque la popularidad del
futbol ha sido explotada por el capitalismo, es el capitalismo el que ha
manchado a la pelota, el que ha podrido su corazón, pero el futbol no es un
producto capitalista, es una actividad muy humana, de las más humanas de todas,
es la máxima expresión del juego, al futbol se juega todos los días c en todas
las calles del mundo, ni siquiera se necesita balón, se puede jugar hasta con
una lata, es una verdadera pasión, algo que traemos adentro y nos hace sufrir,
sí, se goza en el futbol, pero los que de verdad nuestro corazón es un huevo
donde crece el bicho del futbol, sabemos que sufre mucho más de lo que se goza,
pero aun así, es un sufrimiento bonito, como cuando te haces un tatuaje o
cuando te subes a la montaña rusa, es un dulce tormento, no es algo que pueda
describir pero no importa, ehhh…porque es algo que todos entienden….en
fin….ehh..eh…¿ehhhn dónde iba?....ah sí que, es por eso que los oligarcas usan
al futbol para apendejar a la banda.
¡Otro futbol es posible! Así como hacen ellos para usar al futbol como
plataforma para sus mensajes enajenantes, nosotros podemos usar al fucho como
candelabro para transmitir mensajes de iluminación, podemos usarlo para
despertar a la banda, para abrirles el tercer ojo, para que adquieran
conciencia de clase, o como chingados quieran decirle a lo que me refiero, a
través de la popularidad del futbol podemos fomentar un mensaje que concientice
al proletariado, principal consumidor de este deporte. El futbol no es sólo un hermoso
y poético juego, es una herramienta de transformación social, una vía para
liberarnos de las cadenas impuestas por la hegemonía. Hay incontables ejemplos
de ocasiones en las que el futbol sirvió para la transformación social, no sólo
el Dr. Sócrates, también tenemos a Didier Drogba, que usó su influencia para
detener la guerra civil en Costa de Marfil y luego llevó un partido de su
selección nacional a tierras rebeldes. Y además están las hinchadas con
conciencia de clase como la del Livorno, la del Rayo Vallecano y ni se digan
los locos del St. Pauli. Ufff, banda y si nos ponemos a hablar del EZLN, esos
brodis son re pamboleros, tan pamboleros que hasta Javier Zanetti y el Inter de
Milán les mostraron respeto y les tiraron paro, o qué tal esa vez que jugaron
una cascarita contra Javier Aguirre y otres exfutbolistas para crear conciencia
de los atropellos que sufren en este país los indígenas, o durante el Mundial
de 2018, en plenas elecciones presidenciales, cuando el EZLN organizó un torneo
de futbol en Chiapas como una forma de movilizar a las comunidades y promover
la participación política desde abajo. Esto demostró cómo el futbol puede ser
una herramienta de resistencia y organización popular. Todo esto nos demuestran
que el futbol puede ser una herramienta poderosa para promover valores como la
igualdad, la solidaridad y hasta la justicia. Podemos utilizar el futbol como
una plataforma para discutir temas sociales y concientizar a las masas. Podemos
inspirar a las nuevas generaciones a ser agentes de cambio a través del futbol.
¿Cómo era eso que dijo Galeano? Hmmm…Iba algo así como: "El futbol es la
única actividad humana en la que pequeños héroes pueden enfrentarse a gigantes
poderosos y ganar con una simple pelota en los pies." Y yo añadiría que
también tiene el poder de unirnos en la lucha por un mundo más justo y
equitativo…En fin, los invito a todos a pensar en cómo podemos usar nuestra
pasión por el futbol para construir un mundo mejor. No se trata sólo de lo que
sucede en el campo, se trata de lo que podemos lograr cuando unimos nuestras
fuerzas y nuestras voces. Otro futbol es posible, y juntos podemos hacerlo
realidad. ¡Arriba el futbol, la conciencia de clase y la libertad! Y sobre
todo: ¡Arriba las Chivas, perros!
(La clase entera se queda atónita un instante, de
repente unos cuantos en la esquina se alzan y vitorean las palabras de Manuel,
el resto de la clase luce nerviosa y se queda en silencio).
Dr. Chorrillo (Impresionado): ¡Silencio! ¡Esto es
una escuela no un manicomio! Eh….sí….Bueno, en fin. Martínez, ya dijo sus
pendejadas, ahora regrésese pa acá y déjeme a mí dar mi cátedra. En fin, como
iba diciendo, según Aristóteles….
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