"Los poemames son las nuevas gymnopedias"
Manifiesto Ultravioleta
A Ciudad Cortázar
Bajo la escalera y
Enciendo el Infierno
La ciudad empieza a dar brincos
Las lucecitas de la noche
Se me meten por osmosis
Y empiezan a dar suaves saltitos
En mi cerebro.
Mis neuronas tintinean
Como los tristes y gelatinosos ojos
De ciertas arañas rinconeras
Que herméticamente contemplan el mundo
Adheridas a las etéreas
Y solemnes
Paredes del Samsara.
La ciudad interna tiene prisa
Un millón de ciudades internas tienen prisa
Pero la ciudad externa
En la que viven esas millones de ciudades
Y esas trillones de neuronas tintineantes
Está atascada
Está hierática
Está tan quieta
Que el paso del tiempo lastima el esqueleto
Que sostiene el Todo
Y lo encorva.
El tiempo pasa suavecito
Se arrastra pesadamente sobre mi carne
Como un caracol con garras
En las babas
Que semidesolla mi piel
Y la piel del cosmos,
Que es la misma,
Que, como un mosquito eterno
Saca su afilada y feroz trompa
Para chuparte la esencia
Y uno tiene que aguantarse
El jalón de pellejo
Esperando
Esperando
Suspirando esperanza
Para que los lentos segundos
Terminen de succionarte
Y se vayan
Por su sendero oscuro hacia la nada
Para que pueda pasar el metro.
II
El metro es un gusano
Que abre la boca y te traga
Es Quetzalcóatl
Regresando
Para llevarse a sus hijos
Al infierno que les estaba guardando
Es la serpiente del Ouroboros
Cansada de devorar su propia cola
Ahora simplemente abre la boca
Y devora ciudades enteras
Y universos chiquitos
Ciudades que llegan y llegan
De todos lados
De La Joya
De Neza
De Ecatepunk
De Buenavista
De La SanFe
De Tepito
De Santa ÚRSSula
De Mercurio
Ciudades que viajan agitadas
Y apretadas
Unas con otras
Rozándose
Arrimándose
Marinándose bajo el delicioso
Y estridente
Caldo de sobaco
Y pluma
Que las envuelve
Que las hermana
Entre La Nada
Del inframundo
Inflamado por los jugos gástricos
De la serpiente
De la entropía.
¡Oh, madre!
¡Me trajiste aquí a morir!
A morir y observar
La ácida tragicomedia
Que ocurre
En medio de la digestión cósmica
Donde
Ciudades abrazan ciudades
Ciudades acarician ciudades
Ciudades se arriman a ciudades
Ciudades penetran ciudades
Ciudades destruyen ciudades
Ciudades eliminan ciudades
Y de pronto el metro se detiene
Y de pronto el tiempo se detiene.
III
Y uno sale del metro
En Ciudad Mictlán
Y la ronda de noche de Rembrandt
Te escolta hasta tu casa de piedra
Está compuesta por
Solemnes músicos ebrios
Que tocan canciones sobrias y tristes
Y una jauría de perros nerviosos
Que se relamen las barbas, los bigotes y los huevos
Ansiosos por saborear los pedazos de luna
Que penden sobre sus hocicos
Ansiosos por probar tu carne
Y poner a jugar sus dientes
Con tus huesos
Mientras mueven la colita.
Pero a ti ya te vale madres
Tú ya vas bailando
Con la música triste
Que emerge de abajo de la tierra
Que alumbra la cordillera
De estrellas negras
Que te envuelve
Y tú sigues bailando
Durmiendo y bailando
Soñando que bailas
Que bailas y descansas
Al mismo tiempo
Porque las babas afiladas
Del tiempo han muerto
El tiempo ha muerto
Cronos ha muerto
Dios ha muerto
¡El muerto ha muerto!
Pero sigue bailando
Las cumbias del infierno.
Omar Colío
Comentarios
Publicar un comentario