¿Por qué la sabermetría volvió al beisbol un juego (aún más) aburrido?


Publicado originalmente en Patadura en julio de 2022 

Por Omar Colío

Primero que nada, quisiera aclarar que amo el beisbol, amo su cadencia lenta, amo que el pitcheo sea un acto poético, amo su propensión a crear momentos emocionantes como Agatha Christie o Quentin Tarantino o cualquier otro gran escritor de suspenso. De abril a septiembre la maratónica temporada de 2430 juegos de Grandes Ligas es el ruido de fondo de mi vida.

Habiendo dicho esto, también hay que decir que el beisbol se ha vuelto un juego mucho menos emocionante en la última década, ver un juego de temporada regular completo se ha vuelto un martirio, una labor prácticamente imposible, aquí les voy a contar por qué.

Moneyball y la sabermetría

En 2011 se estrenó Moneyball, una película basada en un libro de no ficción de Michael Lewis que narra como el gerente general de los Oakland Athletics, Billy Beane, usa la sabermetría para mantener competitivo a su equipo en un ambiente injusto donde equipos como los Yankees de Nueva York tienen una nómina hasta 5 veces más grande. Y seguro, aunque la película es blanda y aburrida, Brad Pitt nos deleitó con su carisma y Jonah Hill nos enseñó una versatilidad que no había mostrado antes y a lo mejor eso nos deslumbró y nos hizo sobrevalorar la película, no sólo a los fanáticos sino a los ejecutivos de Grandes Ligas.

La película hizo ver cool algo que no lo es, el análisis estadístico, a partir de este punto las decisiones gerenciales se empezaron a tomar con base en un análisis matemático del juego, se empezaron a valorar otro tipo de estadísticas, que supuestamente ofrecen un mejor entendimiento del juego que las tradicionales. todo esto es bueno, sin embargo estas decisiones generaron un efecto dominó que terminó por alterar completamente la manera de jugar beisbol, el juego de hoy en día es muy diferente al de hace 10 años y los cambios que ha producido han reducido la cantidad de momentos espectaculares.

Aunque la sabermetría es algo inventado desde 1971 y popularizado por la obra del estadista Bill James desde finales de los 70, Moneyball sin duda es el punto de inflexión, a partir de entonces la sabermetría se instaló en todos los clubes de Grandes Ligas como se puede demostrar estadísticamente, por ejemplo, la sabermetría está en contra de los robos de base (la jugada más emocionante del juego) los cuales han decaído un 33% desde 2011, las formaciones especiales a la defensiva (basadas en el estudio de todas y cada una de las pelotas puestas en juego) pasaron de ser una rareza a algo de todos los días, en lo que va de esta temporada los Toronto Blue Jays han usado una formación especial en el 57.3% de las jugadas (61.9% contra zurdos). También desde 2011 se han disparado los ponches, las bases por bola y los cuadrangulares, los famosos tres desenlaces reales.

Los trajeados de la Ivy League.

Al cambiar la forma de tomar decisiones en el terreno de juego, también se cambiaron a las personas que toman las decisiones, la “gente de beisbol” fue sustituida por egresados de las escuelas de la Ivy League, una liga de prestigiosas universidades en el noreste norteamericano. Más que académico, su prestigio radica en que son las escuelas a las que va la élite estadunidense, es decir los hijos de los ricos y los futuros presidentes neoliberales latinoamericanos.

Los hombres de beisbol fueron reemplazados por estos trajeados individuos, que desde la oficina manejan todas las decisiones que se toman en el terreno de juego. Así que, aficionados de los Dodgers, yo sé que quejarse del manejo de Dave Roberts se ha vuelto un meme, pero déjenme decirles que dirigen su rabia hacia el hombre equivocado, Roberts (al igual que prácticamente todos los mánagers de Grandes Ligas) no toma esas decisiones, es un simple monigote, una figura decorativa, un actor.

El más destacado de estos ejecutivos sin duda es Theo Epstein, Theo es un tío muy chévere, me imagino que además de en Yale, Epstein estudió con los brujos de Catemaco, porque acabó con dos maldiciones añejísimas, en 2004 acabó con la Maldición del Bambino, dándole a los Boston Red Sox su primer título de la Serie Mundial desde 1918 y en 2016 hizo lo impensable y terminó con la Maldición de la Cabra cuando los Chicago Cubs ganaron el Clásico de Otoño por primera vez desde 1908. En ambos casos la sabermetría fue usada como base para el armado de los equipos. Actualmente Epstein trabaja para MLB como consultor para hacer el juego más atractivo.

Si bien la de Epstein es una historia de éxito, está rodeada por decenas de historias de fracaso orquestadas por tipos con credenciales similares, ustedes me dirán: pues claro, no todo el mundo puede ganar. Sin embargo el problema de los Ivy Leaguers no es tanto de resultados en cuanto a victorias y derrotas, sino cómo su intervención ha afectado al juego en sí, el beisbol ha dejado de ser un juego para convertirse en una simulación matemática, se ha abandonado la “pelota pequeña”, esa que con base a la estrategia crea carreras y que es tan atractiva para el público, si bien esto se hace con base a un estudio matemático irrebatible, este es un frío estudio de porcentajes que no toma en cuenta las situaciones de juego en las que la pelota pequeña podría resultar favorable.

Este cambio en la estrategia también ha traído cambios a la hora de armar los equipos y las alineaciones, hace 10 años un segundo bate era alguien con las características de Derek Jeter, un bateador de contacto que puede poner la pelota en juego en cualquier dirección para tratar de mover a los corredores, hoy en día un segundo bate es alguien como Aaron Judge, un bateador de poder puro que da muchos jonrones pero también se poncha mucho y que más que mover a los corredores busca dar un cuadrangular en cada turno, explico esto porque me sirve de transición para hablar del que para mí es el principal problema del beisbol sabermétrico.

Los 3 desenlaces reales

El juego de pelota cambió más en los últimos 10 años que lo que había cambiado en los 100 anteriores, la proliferación de las formaciones especiales a la defensiva, el abandono de la pelota pequeña y la preferencia de bateadores de poder sobre los de contacto han hecho que las batallas entre bateadores y lanzadores casi siempre terminen en uno de los famosos 3 desenlaces reales (ponche, base por bolas, cuadrangular) el problema con esto es que en ninguno de esos desenlaces la defensiva se ve involucrada, ¿Recuerdan esas fantásticas jugadas a la defensiva que inundaban todos los espacios deportivos? Bueno, pues gracias a esto cada vez serán más raras de 2011 a 2021 los cuadrangulares aumentaron un 30%, los ponches un 22% y las bases por bolas un 5%.

Según los estudios de mercado realizados por MLB, el problema más grande que tienen las nuevas generaciones con el beisbol es ese espacio de 7 minutos en promedio entre una jugada y otra, esto empeora si se considera el aumento de estos 3 desenlaces en los que los 7 hombres que están detrás del pitcher ni siquiera se ven involucrados, pueden pasar muchos minutos antes de que pase algo interesante y eso es mortal para un producto cuando vivimos en un mundo en el que se tiene una supercomputadora en la palma de la mano.

El ejemplo perfecto de esto es Joey Gallo, los reto a hacer el experimento de ver todas y cada una de sus apariciones al plato, esta temporada más del 57% de sus viajes al plato han terminado en uno de estos tres escenarios, les garantizo que aunque no sean aficionados a los Yankees van a terminar frustrados.

Lo peor es que pareciera que MLB está enarbolando esto como un nuevo atractivo del juego, al menos esa parece ser su intención desde la creación de Statcast, una herramienta que mide con precisión la velocidad de salida y la distancia de cada uno de los batazos, amo el beisbol pero no me interesa saber la velocidad de salida exacta de un batazo de Giancarlo Stanton, a simple vista puedo ver que le pega durísimo.

El ritmo del juego

Esto es difícil de explicar, pero tómese la palabra ritmo como sinónimo de “feeling”, es decir la antigua herramienta para tomar decisiones antes de la sabermetría. Es estúpido pensar que la sabermetría no sirve para nada, sin duda es una herramienta útil, pero me queda claro que no puede ser la única base en la toma de decisiones y puedo probar porque el utilizarla fuera de contexto es una mala idea, usaré como ejemplo a los Tampa Bay Rays, el equipo que de lejos es el mejor para el manejo de la sabermetría, lo cual le ha dado mucho éxito en temporada regular, mismo que no ha podido replicar en la postemporada.

Arlington, Texas. 27 de octubre de 2020. Los Rays necesitan una victoria para forzar un Juego 7 de la Serie Mundial, por ello mandan a la lomita a Blake Snell, ganador del premio Cy Young de la Liga Americana en 2018. Después de 5 entradas, Snell estaba tirando una joya de pitcheo de sólo 1 hit, 9 ponches y 0 bases por bolas y mantenía una ventaja de 1-0. Después de retirar al primer bateador que enfrentó en la 6ª, Snell recibió un sencillo de Austin Barnes y su mánager Kevin Cash le pidió la pelota después de tan solo 73 lanzamientos. Cash hizo esto para evitar que Snell enfrentara por tercera vez a la ofensiva de los Dodgers (un punto de énfasis de la sabermetría es no permitir que un lanzador enfrente 3 veces a un mismo bateador pues estadísticamente su efectividad disminuye) sin embargo no tomó en cuenta que los pitcheos de Snell no mostraban los clásicos síntomas de fatiga (la reducción de la velocidad y la tendencia a que los lanzamientos se queden altos en la zona de strike) y simplemente hace lo que la computadora le dice que haga.

El resultado: Los Dodgers aliviados de no tener que enfrentar a Snell se aprovechan del bullpen, le dan la vuelta al encuentro y se coronan campeones de la Serie Mundial.

Claro que todo aficionado sabe que es mejor sacar a tu pitcher antes de tiempo que cuando ya es muy tarde, si no pregúntenle a los aficionados de los Mets que vieron colapsar a Matt Harvey en la 9ª entrada del Juego 5 de la Serie Mundial 2015, pero esta vez la sabermetría le falló a Cash, quien decidió ignorar las herramientas clásicas y confió en la tecnología, grave error, porque si bien como dije la sabermetría es una herramienta útil que debe ser tomada en cuenta, no puedes jugar basado solamente en la sabermetría porque la estadística únicamente analiza el pasado, no predice el futuro. Como demostró Cash, confiar demasiado en la sabermetría no sólo vuelve al juego más aburrido sino que también puede costarte campeonatos.

 

Los niveles de audiencia del beisbol van en caída libre desde los 90, esto se debe a muchas causas, algunas de las cuales están más allá del control de MLB, sin embargo el principal problema parece ser la falta de capacidad que tiene el juego de conectarse a las nuevas generaciones.

Esto ha llevado a que la liga proponga cambios a futuro para agilizar el juego (el corredor fantasma en extra innings, el reloj de pitcheo y la prohibición de las formaciones especiales a la defensiva por ejemplo), lo cual puede ayudar pero no soluciona el problema de fondo. ¿El juego se vuelve más emocionante sólo por ser más corto? ¿Aún si se vuelve un juego de 3 desenlaces verdaderos? No. ¿Cómo salvar al beisbol? No lo sé, no creo que nadie tenga una respuesta clara.

La sabermetría llegó para quedarse, sin embargo no me canso de insistir que su abuso no sólo es malo para los resultados deportivos de un equipo sino para el producto en general, el abuso de la sabermetría ha vuelto el juego mucho menos emocionante, lo que yo les pediría a los ejecutivos de Grandes Ligas es que la usen sabiamente, que no olviden que es una simple herramienta y no es el todo, que usen la sabermetría como una guía pero que las decisiones de juego se tomen basadas en un sistema híbrido, a lo mejor así encuentran una manera para volver el juego más emocionante.

Si bien los fanáticos de hueso colorado como yo o como tú que estás leyendo esto nos mantendremos fieles, si se sigue esta tendencia en el futuro el Rey de los Deportes como lo conocemos puede desaparecer para siempre. 


Este texto fue publicado originalmente en nuestro antiguo newsletter pero ya que Elon Musk y otros más malvados decidieron bajarlo del internet decidimos ser combativos como siempre y volverlo a subir.

 



 

 


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