Por Omar Colío
Vivimos en un mundo cruel y sombrío; sólo nacemos para morir
y la mayoría de nosotros pasará su vida trabajando para que los pocos
privilegiados puedan vivir a su costa con lujos y comodidades, nuestra
existencia es una tragedia. Pero a veces la vida no luce tan calamitosa, de
repente es domingo, es otoño y todo está bien. El sol sale y las aves cantan
lujuriosas y Damar Hamlin vuelve oficialmente a los emparrillados después de
haber sufrido un paro cardiaco en el campo apenas en enero, de repente
alguien aparece de la nada y simplemente alegra tu vida, de repente ves a un
jugador especial florecer frente a tus narices.
Puka Nacua salió de la nada y con sus espectaculares
atrapadas en momentos clave, se ha ganado el corazón de los aficionados al
futbol americano. Este muchacho que apareció en la NFL sin que nadie se
diera cuenta, es tan bueno que hace que Cooper Kupp no sea extrañado en
la ofensiva de los Carneros. Hace apenas dos años Cooper Kupp tuvo quizás la
mejor temporada que ha tenido un receptor abierto en la historia de la NFL,
misma que coronó ganando el premio al Jugador Más Valioso del Super Bowl LVI,
pero a pesar de su increíble talento no se le extraña, es como si siguiera en
el campo. ¿Quién extraña a Cooper Kupp si está Puka Nacua? Como Kupp, Nacua
tiene la cualidad de aparecer mágicamente en el lugar indicado y hacer una
atrapada. En su novel carrera, Puka ya ha completado un millón de recepciones,
ya ha atrapado balones de todas las maneras posibles en todo el campo. Bueno,
en todo el campo no, aún no ha podido realizar una atrapada en las sagradas
diagonales.
De repente es domingo y el día está lleno de buenos juegos y
el quarterback novato Anthony Richardson, que desde ahora da destellos,
da muestras de que es un atleta sensacional, lidera un valeroso esfuerzo para
regresar de un déficit de 23-0 en el tercer cuarto y ayudado por su defensiva
que hirió en la pierna al quarterback rival, Matthew Stafford y secó la
ofensiva angelina, logra forzar que el juego ante los Rams se vaya a
tiempo extra. Todo el impulso, el ritmo del juego parece estar del lado de los
locales Indianapolis Colts, pero la suerte no, Ben Skowronek, nativo de Indianápolis
y capitán de equipos especiales de los Rams ganó el cruel volado y los Carneros
recibieron el balón primero en la prórroga.
En el tiempo extra, Matthew Stafford, que en este
punto es el quarterback más veterano de la liga, caminaba por la peligrosa
selva del emparrillado cojeando como viejo tullido por el patio de un sanatorio.
Stafford cuyo cuerpo en este punto parece mantenerse unido por ligas a punto de
romperse, arrastró milagrosamente a su ofensiva en una serie épica que se
adentró profundamente en el territorio de los Potros, ahí enfrentó un tercer
down clave para el desenlace del partido, el no conseguir una nueva primera
oportunidad obligaría a los Rams a intentar un gol de campo y a esperar que su cansada
defensiva pudiera resistir el embate de Richardson y los Colts que venían con
todo el impulso del mundo.
Puka se aisló de la jugada, se aisló del mundo, penetró en el mundo de la nada, ese mundo del que él como nadie es dueño, corrió una ruta de gancho justo hacia los dientes de la defensiva rival. A pesar de estar en el medio del campo, su habilidad de emerger de la nada le permitió aparecer completamente solo para recibir el pase de Stafford, de ahí ¡Ajúa!, Nacua simplemente le quebró la cadera al defensivo de los Colts con una finta que hizo sentir envidia al mismísimo Ronaldinho y penetró en la gloria de la tierra prometida para darle el triunfo a su equipo.
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Puka es arte |
¡2 de octubre no se olvida!
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