Por Omar Colío
¿Qué tranza bandita amante del emparrillado? ¡Ya los
extrañaba! ¡Por fin, banda! ¡Por fin se acabaron seis meses de asqueroso ayuno
y la NFL está de regreso! Bueno, más o menos, todavía nos tenemos que chutar la
horrible pretemporada.
Sí, sí, yo sé lo hambreados que estamos todos. Comprendo esa
sed que deja la interminable resaca post Super Bowl y la necesitad que hay por
satisfacerla. Pero chale, desde el juego del Salón de la Fama hasta el juego
inaugural no hay más que dolor, lesiones y malos juegos. Por lo que les sugiero
que se abstengan de verlos, no importa cuánto crean que necesiten una dosis de
NFL, les prometo que empezar con la temporada regular es mejor. Desde que Sean
McVay llegó a la liga y decidió no poner a sus titulares ni un segundo de la
pretemporada tomé la sana decisión de no volver a verla nunca.
Hablando del Salón de la Fama ¿Sabían que hay un mexicano
entronizado en Canton? (Obvio sí porque leyeron el encabezado de este escrito).
Yo no sé por qué si en México hay una afición tan grande por la NFL, no se
habla mucho de Tom Fears.
No sé si es por su nombre anglosajón, o porque abandonó
nuestro país a una edad muy temprana, o porque jugó hace mucho tiempo o por la
falta de reconocimiento que tiene el periodo histórico de la NFL previo al
Super Bowl, pero es un hecho que el nombre de Tom Fears no resuena en el
imaginario colectivo del mexicano aficionado al deporte de las tacleadas.
Muchísimos años antes de Brady, Tom Fears ya era “Touchdown Tommy”.
Yo creo que el tener un compatriota miembro del Salón de la
Fama es algo digno de rememorarse. Para ponerlo en contexto, el beisbol es un
deporte en el que nuestro país ha producido mucha más materia prima, muchos peloteros
mexicanos han llegado a las Grandes Ligas y triunfado y ninguno se ha acercado
siquiera a ser considerado para entrar en el recinto de los inmortales de
Cooperstown. No hay ningún mexicano en el Salón de la Fama del beisbol, pero en
el del Futbol Americano sí.
Tom Fears nació en Guadalajara el 3 de diciembre de 1922,
hijo de una madre mexicana y un ingeniero de minas gringo (sí, desde siempre
los norteamericanos han desangrado este país con sus minas). Criado en Etzatlán,
Fears experimentó en carne propia el yugo de la pobreza que ha estrangulado a
este país desde siempre. Cuando tenía 6 años, Tom y su familia se fueron a
vivir a Los Ángeles y Fears nunca volvió a hablar sobre su país natal en
público. Eso sí, como los otros inmigrantes mexicanos Tom se las vio duras en
el gabacho, descargaba camiones por 25 centavos la hora y era acomodador en
partidos de futbol americano.
En la preparatoria, Fears saltó de la tribuna al
emparrillado, convirtiéndose en una estrella y dando el paso al futbol colegial
con la Universidad de Santa Clara, sin embargo su camino en la NCAA se vio
interrumpido cuando fue drafteado, no por un equipo de la NFL sino por el
ejército de los Estados Unidos, que estaba peleando la Segunda Guerra Mundial
(draftearon a un inmigrante, qué sorpresa) por lo cual tuvo que pasar los
siguientes tres años en el servicio militar, durante este tiempo su padre fue
hecho prisionero de guerra por los japoneses, Fears deseaba convertirse en
piloto para pelear en Asia, sin embargo el ejército lo mandó a jugar futbol
americano en Colorado Springs.
Hollywood y los Rams
Una vez que terminó su servicio en 1945 fue seleccionado por
los Cleveland Rams, pero Fears no quería jugar en Cleveland y regresó a
California para jugar con los Bruins de UCLA, donde fue reconocido como
All-American en las dos temporadas que jugó para esa escuela, uno de los
reclutadores le consiguió un pequeño trabajo como piloto en la película de
Humphrey Bogart Action in the North Atlantic.
Una vez que su elegibilidad colegial terminó, Fears no tuvo
otra opción que dejar UCLA e ir a jugar a la NFL con el equipo que se había
recién hacía unos años se había vuelto el hermano menor de los Bruins en la
ciudad de las estrellas, los Rams.
Antes de seguir es importante contextualizar a los Carneros
de Los Ángeles de esa era, si prestaste atención te habrás dado cuenta que hace
rato me referí a ellos como los Cleveland Rams, eso es porque el equipo surgió
en esa ciudad de Ohio en 1936 y jugó ahí hasta 1945. El último partido que los
Rams jugaron en Cleveland fue el Campeonato de la NFL de 1945, donde se
coronaron como campeones por primera vez en su historia, en 1946, su entonces dueño
Daniel Reeves tomó la decisión unilateral de llevarse el equipo a California.
Esto era una locura, fue 12 años antes que los Dodgers y los
Giants se mudaran a California, famosamente llevando el beisbol de Grandes
Ligas a la Costa Oeste. La ciudad más cercana con equipos de la NFL a Los
Ángeles en ese entonces era Chicago, a más de 3200 kilómetros de distancia.
Los Rams no tienen tantos títulos de la NFL como los Packers
o los Bears, pero sí son un equipo raro que por alguna razón atrae muchos
récords y también fueron los primeros en muchas cosas, por ejemplo como parte
del acuerdo que firmaron con el Coliseo de Los Ángeles, los Rams fueron el
primer equipo de la “era moderna” de la NFL en integrar jugadores
afroamericanos al firmar a Kenny Washington y al espectacular y multifacético Woody
Strode un año antes de que su compañero de equipo en UCLA Jackie Robinson
debutara en las Grandes Ligas con los Dodgers.
En 1948, el año en
que Fears debutó con la franquicia, los Carneros se convirtieron en el primer equipo en ilustrar el casco, algo que se ha vuelto un sello de la NFL, al
incorporar los famosos cuernos en los costados.
Por supuesto todo esto ocurría durante la era dorada del
Hollywood clásico y por supuesto la Meca del entretenimiento no iba
desaprovechar la llegada del futbol americano profesional a su ciudad y poco a
poco fueron incorporando al equipo a su interminable espectáculo, aunque esto
resulte inverosímil hoy en día sobre todo para quien conozca la complicada
historia entre los Rams y Los Ángeles, donde siempre han estado a la sombra de los
equipos colegiales de USC y UCLA, por eso se mudaron a St. Louis en 1995, por
eso a pesar de jugar el Super Bowl LVI en su estadio, la mayor parte de la
gente que asistió al partido de partidos apoyaba a los Bengals.
Pero en fin, como iba diciendo, por las reglas estúpidas de
la NCAA que no permitían que los atletas que generan millones de dólares para
las universidades reciban compensación por su trabajo (cosa que apenas
cambiaron recientemente), Hollywood tuvo que conformarse con los Rams, su
Quarterback de ese entonces, el también miembro del Salón de la Fama, Bob
Waterfield se casó con la famosa actriz Jane Russell, uno de los sex symbols
más importantes de los 50, juntos formaron una de las primeras parejas famosas de
Hollywood. Además de mariscal de campo, Waterfield se convirtió en un actor y
productor de los más respetados en la industria cinematográfica.
Tom Fears no tuvo una carera hollywoodense tan productiva
como su Quarterback, pero sí fue consultor en muchas películas que tenían que
ver con el deporte de las tacleadas, además protagonizó comerciales para muchas
marcas, ya que era uno de los elementos más famosos del equipo angelino.
Fears no adquirió dicha fama únicamente por haber sido una
estrella de futbol americano en Los Ángeles a nivel bachillerato y colegial,
sino por sus hazañas con los profesionales.
A pesar de haber sido seleccionado originalmente como
defensivo secundario, el staff de entrenadores de los Rams decidió también
ponerlo a la ofensiva como receptor,
posición en la que brilló enormemente liderando la liga en recepciones durante
sus primeros tres años (mientras mostraba versatilidad al seguir jugando a la
defensiva), en 1949 rompió el récord de la NFL al atrapar 77 pases, un año
después rompió su propio récord al atrapar 84 (una locura para la época), 18 de
las cuales fueron en un juego ante los Packers, lo que se mantuvo como un
récord de la NFL hasta el año 2000 cuando en un partido Terrell Owens atrapó 20. (A
su vez el récord de Owens fue roto por Brandon Marshall en 2009. (Yo vi ese
juego entre los Broncos y los Colts, lo pasaron en el 9.)
Para la temporada del ‘51 los Rams presentaban un gran
espectáculo a la ofensiva liderado por Fears y el corredor Elroy “Piernas
Locas” Hirsch, uno de los primeros en su posición que además de correr el
ovoide también recibía muchos pases, Waterfield estaba tratando de llevar un
equilibrio entre su carrera en la NFL y su carrera como actor, pero por si
acaso también estaba Norm Van Brocklin, si Waterfield amaba el estilo de vida
californiano, Van Brocklin era su antítesis, un neerlandés con ideas conservadoras
que odiaba la escena bohemia y locochona que poco a poco se fue formando en ese
estado.
Aunque hoy parezca increíble Waterfield y Van Brocklin
compartieron la titularidad en la posición más importante durante esa
temporada, inclusive hubo partidos en los que una serie ofensiva era comandada
por uno y la siguiente por el otro, algo inaudito en la NFL de nuestros días.
(Bueno, en su desesperación Brian Flores lo intentó hace un par de años, pero
sólo porque Tua estaba jugando terriblemente mal, pero Jacoby Brissett se
lesionó y no hizo méritos para quitarle la titularidad al hawaiano, que era lo
que Flores quería). A pesar de la volatilidad en la posición de Quarterback, ese
año Van Brocklin lanzó para 554 yardas en el juego inaugural contra los New
York Yanks, lo que a la fecha se mantiene como un récord de la NFL.
Los Rams ganaron el Oeste ese año y se enfrentaron en el
Coliseo de Los Ángeles a los legendarios Cleveland Browns de Paul Brown y Otto
Graham en el Campeonato de la NFL, tarde en el último cuarto Fears atrapó un
pase de 73 yardas de Van Brocklin para el touchdown que le dio el triunfo a los
angelinos 24-17, éste fue el único título que Fears ganó como jugador.
Otro elemento para destacar de la carrera de Fears es la
actitud beligerante que tuvo ante la NFL, en ese entonces los jugadores
recibían un pago miserable a cambio de la madriza literal que se llevaban por
jugar futbol americano, en varias ocasiones buscó un trabajo mejor remunerado
en diversas compañías y amenazó a la NFL con dejarla, en los 70 fue consultor de
la película North Dallas Forty, que refleja el futbol americano de una
manera cruda, lo cual según Fears le costó ser puesto en una lista negra y
nunca más volvió a ser contratado en la NFL. Fears puso fin a su carrera
profesional en 1956 habiendo atrapado 400 pases para 5,397 yardas y 38
touchdowns.
Tras su carrera como jugador comenzó una como entrenador,
fue asistente del legendario Vince Lombardi en los Packers donde consiguió el
campeonato de la NFL en 1962 y 1965. En 1967 se convirtió en el primer head
coach en la historia de los New Orleans Saints pero como todo coach de los
Saints no llamado Sean Payton le fue terriblemente mal en el Bayou. (Ok, Jim
Mora tuvo un poco de éxito en los 80 y 90, pero saben a lo que me refiero). Y en
1970 Fears fue exaltado al Salón de la Fama de Canton.
Tom Fears falleció en el año 2000, víctima del Alzheimer,
sabiendo lo que sabemos hoy sobre la relación entre el futbol americano y las
enfermedades mentales no me sorprendería saber que la enfermedad que lo mató
fue resultado de sus años en la NFL por los cuales no fue recompensado
adecuadamente conforme a su nivel de calidad en el terreno.
México
A pesar de que públicamente Fears nunca habló de su país
natal, éste seguía presente en su vida privada, un amante de la comida
mexicana, Fears abrió un par de taquerías en California, además viajaba
constantemente a Tijuana y en 1979, mientras se tomaba unas vacaciones en
Mazatlán tras ser puesto en la lista negra de la NFL (en la misma que está
Colin Kaepernick), Fears decidió conducir más de 480 kilómetros hasta
Guadalajara para mostrarle a sus hijos su ciudad natal y reconectarse con su
infancia en Etzatlán, según uno de sus hijos, cada que viajaba a México se
comunicaba en su lengua natal con sus paisanos.
En Guadalajara se encuentra la Plaza de la Fama del Deporte de Jalisco, un paseo de estrellas en el piso que imita el famoso Paseo de la Fama de Hollywood para honrar a lo mejor del deporte jalisciense, una de esas estrellas nos recuerda al pateador Efrén Herrera, pero curiosamente no hay ninguna que recuerde a Tom Fears, el único mexicano miembro del Salón de la Fama del futbol americano.
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