Narraciones Poetosas: Los dos palos de Joey Meneses

   



Por Omar Colio

Esta historia tiene un principio complicado, siempre es complicado cuando se trata de México y Estados Unidos. Y, como casi siempre pasa cuando mexas y gringos se ven las caras, es una situación desesperada para los de este lado de la frontera. Una derrota para el Tri significaría en términos prácticos la tercera eliminación consecutiva en la primera ronda del Clásico Mundial de Beisbol.

Así que, como la mayoría de los habitantes del país que representan, la Selección Mexicana se tenía que poner a chambear desde muy temprano, así nos encontramos con este momento mágico en la mismísima primera entrada:

El aire corría inquieto en el desierto de Arizona, mexicanos y gringos se miraban con los ojos de Clint Eastwood e Eli Wallach, las armas estaban a punto de ser desenfundadas, las deidades enterradas en la frontera abrían la boca para recibir su dosis diaria de sangre, Arozarena corría por primera, listo para fugársele a los guardias fronterizos.

En el plato estaba Joey Meneses, ¿Quién es Joey Meneses? Pues, un grandote nativo de la misma ciudad en la que construyó su imperio el mexicano más famoso en Estados Unidos, un nombre conocido hace ya siglos por los amantes de la pelota mexicana, pero completamente desconocido para los habitantes del país en el que Joey, al igual que millones de sus compatriotas, se partía el culo con tal de ganarse la vida.

Más de 10 años tuvieron olvidado a Joey Meneses en las ligas menores, su hermoso swing pasó más de una década arrumbado, llenándose de telarañas. Pero Joey —fiel creyente del evangelio de Gokú —se aferró al poder y a la belleza de su swing hasta que por fin el año pasado, cuando ya habían pasado más de tres décadas desde su nacimiento, le dieron la oportunidad de debutar en las mayores y él les respondió convirtiéndose en Super Saiyajin y partiéndole la madre a toda la Gran Carpa. Como muchos mexicanos, Meneses se ha ganado el respeto de los gringos a base de palos, después de esta noche apuesto a que lo respetarán mucho más.

Suiiiiish….Arozarena sale al robo a espaldas de la migra, el guardia fronterizo Will Smith prepara la ametralladora para aniquilarlo, pero una explosión lo hace darse cuenta de que se ha quedado sin municiones, la recta cortada que Nick Martínez dejó justo por el centro del plato ha sido depositada en los cielos, Pancho Villa se aprovechó del poco respeto que le tenían y disparó primero, la recta de Martínez fue destrozada por un delicioso swing de Meneses, voló por todo el jardín izquierdo y apenas logró colarse por encima de la frontera y entrar al paraíso.

¡Palo! ¡Palo de cuatro esquinas para darle a México la ventaja! El estadio de Phoenix, lleno de mexicanos, explota. ¡Big Bang en el desierto! Joey Meneses no saborea el momento, corre las bases como alma que lleva el diablo, con toda la libertad con la que quiero ver correr a todos los mexicanos.

¡Vaya momento! ¿No? Quienes conozcan la historia mexicana sabrán que hay  escasísimos momentos así de dulces cuando se trata de los gringos, mas el beisbol, el deporte más sinónimo con la identidad gringa, pero que a los gringos cada vez les importa menos, tiene muchos momentos mágicos así, la pelota no tardó mucho en regalarnos otro momento así de mágico, de esos que la hacen parecer poética.

Alta de la cuarta, México arriba 4-1, corredores en primera y en segunda, un swing de Meneses tan exquisito como la comida mexicana hace pedazos el sinker de…¿Brady Singer? ¿En serio los gringos son tan arrogantes que creen que pueden ganar el Clásico con un güey tan random como Brady Singer en el roster?...en fin, hace pedazos el sinker de Brady Singer, la pelota vuela regalándonos una bellísima panorámica del prado izquierdo y esta vez deja bien atrás la frontera para caer de lleno en el paraíso ante el alarido de millones de mexicanos en el Gabacho ebrios de patria.

Esta vez no sólo estalla el estadio, sino el desierto entero, el Gran Cañón retumba al ritmo de la tambora sinaloense, inclusive los más nacionalistas—y los más equivocados, porque la Tierra sólo tiene un centro—se atrevieron a recitar el famoso verso del himno mexicano en este momento. Joey Meneses arroja el bate con toda la furia con la que quiero que los mexicanos combatan el imperialismo.

¡Jaque mate! ¡La selección mexicana vence nuevamente a los hijos del famoso esclavista George Washington! Parafraseando el final de la película más gringa de la historia: Michael Jordan juega basquetbol, Charles Manson mata gente y la Selección Mexicana de beisbol siempre le patea el culo a Estados Unidos en el Clásico Mundial. 




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