Los momentos más desgarradores en la historia de la NFL

 Por Omar Colio



Mira esto Lisa, podemos ver justo el cuadro de cuando se le rompe el corazón. Se pueden decir muchas cosas sobre la NFL, que es inmoral, absurda, violenta, enajenante, bestial, estúpidamente capitalista, patriarcal, una muestra de todo lo que está mal en el mundo, etcétera. Pero también se tiene que decir que es estúpidamente entretenida, por eso hay locos como yo que los domingos entre septiembre y febrero se convierten en vampiros que no hacen otra cosa que sentarse por horas frente a la televisión para babear frente a lo que la liga más gringa del mundo nos ofrece.

Durante los playoffs el número de vampiros enajenados crece, como también crece el nivel de emoción, más cuando la gigantesca masa de cosas que tienen que salir bien para que un equipo de la NFL sea exitoso se alinea y tu equipo es un verdadero candidato para levantar el codiciadísimo Trofeo Lombardi. Sin embargo, hay veces en que las deidades del emparrillado, o el destino, o la suerte, o los geniales guionistas de la NFL, o como sea que quieran llamar a los poderes que influyen en el desenlace de un dramático partido de playoffs concluyen en que la balanza no está de tu lado y te lo demuestran con una jugada, una simple jugada que es tan devastadora que te rompe el corazón, te deprime y te hace tener miedo y pena de salir a la calle durante días, semanas o hasta meses. De esos momentos vamos a hablar hoy.

Antes de empezar me gustaría hacer un par de aclaraciones, esta no es una lista de colapsos como el que tuvieron los Chargers contra Jacksonville esta postemporada, o el de los Oilers contra Buffalo en ’92, o el de Atlanta en el Super Bowl contra los Pats, porque los colapsos son multifactoriales, por ende, normalmente no se resuelven en una dramática jugada clave de esas que atormentan a una afición por décadas, tampoco encontrarán famosos momentos de agonía como el Ave María (Dallas-Minnesota, ’75), el “Music City Miracle” (Buffalo-Tennessee ’99) y el fumble de Tony Romo (Dallas-Seattle ’06) porque no considero que los equipos que sufrieron sendas derrotas fueran verdaderos candidatos a ganar el Super Bowl ese año, a su vez también excluí otras derrotas devastadoras como “The Drive” (Denver-Cleveland ’86), el juego de los 13 segundos (Buffalo-Kansas City ’21) o el Super Bowl XLII porque no fueron definidos por una jugada clave icónica, claro que el Super Bowl XLII tuvo la increíble atrapada con el casco de David Tyree, pero esa no fue la jugada que definió el partido, los Giants todavía tuvieron que avanzar otras 24 yardas, además la verdad no me interesan los sentimientos de los aficionados de los Patriotas. Dicho todo esto, ahora sí estos son los momentos más desgarradores en la historia de los playoffs de la NFL.

El golpe tardío de Joseph Ossai (Cincinnati-Kansas City, Campeonato de la AFC 2022)

Todo Cincinnati habló basura previo al más reciente juego por el campeonato de la Conferencia Americana, hasta el alcalde de esa ciudad tuvo tiempo para raspar a los Chiefs. Lo que los aficionados de los Bengals no sabían es que no solamente iban a tener las manos ocupadas enfrentando a Patrick Mahomes y su poderosísimo equipo, sino que también le iban a tener que hacer frente a una de las cuadrillas de oficiales más incompetentes en la historia reciente de la liga y a una de las acciones más estúpidas que haya hecho un jugador en la historia de la postemporada. Esta gran revancha del juego por el campeonato del año anterior se definió en los últimos segundos, en una jugada en la que los oficiales no marcaron varios holdings clarísimos contra la línea ofensiva de Kansas City, Mahomes corrió con el balón y salió del campo en la yarda 45 de los Bengals con sólo 8 segundos en el cronómetro, cuando el quarterback estaba apenitas afuera del terreno, Joseph Ossai le dio un ligero empujoncito, Mahomes le puso histrionismo a la caída y las cebras no tardaron en marcar la falta personal contra Ossai, esas 15 yardas de castigo fueron las necesarias para que Harrison Butker conectara el gol de campo de 45 yardas para destrozarle el corazón a toda la ciudad de Cincinnati y mandar a los Chiefs a su tercer Super Bowl en cuatro años.



El eterno martirio de los Santos de Drew Brees

Entre más alejado uno se encuentre de las opiniones políticas de Drew Brees mejor, lo que es innegable es que es uno de los mejores quarterbacks en la historia de la NFL, Brees no solamente se retiró siendo el líder de todos los tiempos en cuanto a pases de anotación y yardas por pase, sino que se puede decir que además de con la que lo consiguió en 2009, Brees comandó a otras siete escuadras de los Saints (2006, 2010, 2011, 2017, 2018, 2019, 2020) que con un poco más de suerte hubieran sido capaces de ganar el Super Bowl

¿Por qué el legendario quarterback no logró ganar más títulos? Porque el destino le tenía reservadas más muertes agónicas que a Kenny McCormick, el desafortunado personaje de South Park. Al menos cinco de sus eliminaciones en postemporada son dignas de aparecer en esta lista.

Comencemos en la postemporada de 2010, cuando Brees defendía su título en la ronda de comodines contra unos mediocres Seahawks, que se habían colado a los playoffs teniendo el honor de ser el primer campeón divisional en clasificar con marca perdedora, éste fue un gran juego de ofensivas que se definió con el icónico acarreo bestial de Marshawn Lynch que fue tan épico que causó un terremoto en Seattle y le arrancó el corazón a los aficionados de Nueva Orleans que vieron esfumadas sus posibilidades de un bicampeonato.



Un año después en la ronda divisional, unos Saints llenos de talento ofensivo jugaron un legendario partido en la Bahía contra unos 49ers comandados por Alex Smith, quien en su debut en postemporada no desentonó con Brees, la combinación de ambas ofensivas nos regaló un fantástico juego de ida y vuelta que concluyó con una maravillosa daga de Smith para un marcado Vernon Davis que milagrosamente logró la recepción y aguantó el golpe para caer justo en la zona de anotación y emerger entre lágrimas, seguro de haber destrozado nuevamente las esperanzas de la históricamente sufrida afición de los Saints.



Pero el destino le tenía reservado a los Saints desenlaces todavía más crueles, a finales de la década pasada, fueron golpeados por una seguidilla de derrotas devastadoras en postemporada tan infame que no tiene precedente en los más de 100 años de historia de la liga.

En 2017, los Saints visitaron Minnesota en la ronda divisional, hacia el final de otro maravilloso juego de volteretas, Brees logró armar una serie ofensiva que concluyó con un pase de touchdown para Alvin Kamara que le dio a su equipo la ventaja con tan solo 3 minutos en el reloj, sin embargo, Minnesota respondió a esto logrando un gol de campo rápido para tomar una ventaja de dos puntos dejando menos de minuto y medio. En poco más de un minuto, Brees logró mover el balón 50 yardas para darle a su pateador Wil Lutz la oportunidad de anotar el gol de campo del triunfo, mismo que conectó desde 43 yardas…Pero, pero, pero dejó 25 segundos en el reloj, ni todos los años miserables prepararon a los aficionados de los Saints para lo que siguió, con sólo 10 segundos en el último cuarto los Vikings todavía estaban en su propia yarda 39, Case Keenum le lanzó un pase alto a la banda a Stefon Diggs, quien tuvo que saltar para atraparlo, fue entonces cuando el safety novato Marcus Williams trató de taclear a Diggs dentro del terreno de juego para acabar con el partido, sin embargo se fue en banda y se estrelló contra el único otro de sus compañeros que tenía oportunidad de derribar a Diggs, quien al tocar el suelo se encontró con el terreno libre entre él y la zona de anotación para darle el triunfo a Minnesota.



Eso último puede parecer demasiado, pero un año después el destino y los réferis los esperaban con más gore para su desafortunada historia, era el juego de campeonato de la Conferencia Nacional, esta vez fue en casa, el encuentro para definir al campeón de la conferencia azul entre los Saints y los Rams fue más lodoso que épico, sin embargo hacia el final del partido los locales parecían haber adquirido el control del juego con una serie ofensiva que parecía destinada a terminarse el reloj, Nueva Orleans estuvo a un solo primero y diez de lograr mantener el balón hasta la última jugada del 4º cuarto en posición de gol de campo, en un tercer down en la zona roja, Drew Brees buscó a Tommylee Lewis, quien antes de tocar el balón fue claramente golpeado por el esquinero Nickell Robey-Coleman, a pesar de la flagrancia de la falta, los oficiales se guardaron los pañuelos y únicamente marcaron el pase incompleto, lo cual detuvo el segundero y forzó a los Saints a conformarse con un gol de campo, esto inició una serie de eventos desafortunados (un largo gol de campo de Greg Zuerlein que le dio el empate a los Rams, una intercepción de Brees en la primera ofensiva del tiempo extra y un aún más largo gol de campo de Zuerlein que mandó a los Rams al Super Bowl) que no habría sido posible si los oficiales hubieran hecho bien su trabajo y  le hubieran marcado esa clarísima interferencia de pase a Robey-Coleman, los Rams ya no tenían tiempos fuera, por lo que los Saints hubieran podido simplemente acabarse el tiempo y pateado un gol de campo con el reloj en ceros. Esta derrota ya fue demasiado para la torturada afición de Nueva Orleans, inclusive dos aficionados de los Saints demandaron a la NFL después de este juego.



Y ya para acabarla de amolar, un año después Nueva Orleans recibía en la ronda de comodines a Minnesota, en esta revancha del Milagro de Minneapolis, Brees y compañía tuvieron que venir de atrás para mandar el encuentro a tiempo extra, fue entonces que la suerte le dio una ultima bofetada a Brees, Minnesota ganó el volado y avanzó el balón 75 yardas en una serie que concluyó con un pase a la zona de anotación de Kirk Cousins para Kyle Rudolph que bien se pudo haber marcado como interferencia de pase a la ofensiva. Qué les digo, hay equipos y personas que simplemente tienen muy mala suerte.



Marshawn Lynch en la yarda 1 (Super Bowl XLIX)

El Super Bowl XLIX fue disputado por los Pats y los Seahawks, los dos equipos más odiados de aquella época, ambos señalados por hacer trampa de muchas maneras. Habiendo dicho eso, hay que decir que estos dos odiosos equipos nos regalaron un juegazo lleno de emotividad y volteretas. Fiel a su costumbre de ser el mejor, Brady encabezó una gran ofensiva para poner arriba a su equipo con menos de 5 minutos restantes, sin embargo los campeones reinantes no bajaron los brazos y lanzaron una gran ofensiva en los últimos instantes cuyo punto culminante fue la inverosímil recepción de Jermaine Kearse que los puso a 5 yardas del bicampeonato. Todos sabíamos cuál era el plan desde ahí, darle la bola a Marshawn Lynch, que como ya vimos en la entrada anterior, era el corredor más terrorífico de toda la NFL, Lynch los llevó hasta la yarda 1 en 1er down, y ahí Pete Carroll sobrepensó la situación y decidió que la mejor manera de vencer al equipo que lo había despedido era con un pase rápido de Russell Wilson al centro, Wilson buscó a Ricardo Lockette, pero se encontró con las manos del esquinero nickel Malcolm Butler, quien salió literalmente de la nada para tener su momento apoteósico en el instante clave del Super Bowl que selló la victoria para los Patriotas. La gran generación de la Legión del Boom dejó en 1 su cuenta de trofeos Lombardi, pues Seattle no ha vuelto a un Super Bowl desde entonces. Tan fácil que era darle la bola a Lynch, hombre.



Desviado a la derecha (Super Bowl XXV)

Ah, aficionados a los Bills, la verdad es que me da pena con ustedes, aunque si hicieron click seguro sabían que este momento iba a llegar, así que ni modo, siéntense junto al resto a recordar como el destino les ha escupido una y otra y otra vez en la cara. Para este Super Bowl los campeones de la AFC lucían muy favoritos sobre los New York Giants, que llegaban al super domingo con su quarterback suplente —Jeff Hostetler—en los controles- No obstante, bajo el liderazgo del entrenador en jefe Bill Parcells y el coordinador defensivo Bill Belichick, los Giants lograron tomar control del reloj de juego y tomar la ventaja 20-19 en el último cuarto. Jim Kelly, Thurman Thomas y compañía tuvieron la última serie, pero un cuestionable manejo del reloj del coach Marv Levy hizo que le dejaran la pelota a su pateador Scott Norwood fuera de su rango en césped natural, Norwood erró su intento a la derecha, con lo que comenzó una racha de 4 derrotas consecutivas para los Bills en el Super Bowl de la que todavía no se han recuperado.



Gary Anderson pierde la perfección (Atlanta-Minnesota, Campeonato de la NFC 1998)

En 1998 los Vikings eran los claros favoritos para ganar el Super Bowl, habían destrozado la liga logrando una marca de 15-1 con una magnífica ofensiva integrada por el miembro del Salón de la Fama Cris Carter, un tremendo novato llamado Randy Moss y el Jugador Más Valioso de la liga ese año, el veterano quarterback Randall Cunningham, ah y además su pateador Gary Anderson logró ese año ser el primero en la historia con una temporada perfecta, pues acertó los 35 goles de campo y los 59 puntos extra que intentó. Ya en el juego de campeonato, Minnesota logró imponer su voluntad sobre Atlanta, con poco más de dos minutos restantes, los locales ganaban por 7, ventaja que muy pronto se transformaría en una insuperable ventaja de 10, pues Gary Anderson tenía un fácil intento de gol de campo de 38 yardas….y ¡Lo falló! Atlanta logró empatar en tiempo regular y ganó el juego en tiempo extra para aumentar la larguísima agonía que persigue a los fanáticos de los Vikings.



El Fumble (Cleveland-Denver, Campeonato de la AFC 1987)

Un año después de “The Drive” los Browns de Marty Schottenheimer tenían la oportunidad perfecta para cobrársela a los Broncos, perdiendo 38-31 con el balón en la yarda 8 le dieron el balón Ernest Byner quien ya tenía el primero y gol, sin embargo, Byner intentó anotar, fue entonces cuando el esquinero Jeremiah Castille le dio un puñetazo al ovoide que se alejó de Byner para caer justo en las manos de Castille, que con esto le dio a los Broncos su segunda victoria consecutiva en Juegos de Campeonato sobre Cleveland, el resto de la tragedia de los Browns ya todos lo conocemos.



La Tuck Rule (Oakland-New England, Ronda Divisional 2001)

Esto no sólo les da asco a los aficionados de los Raiders, sino a todos los aficionados al futbol americano que odiamos a Tom Brady, porque aquí es donde nació su infame leyenda. Faltaban menos de 2 minutos para que este juego en la nieve de Foxboro terminara y los Raiders tenían una ventaja de 13-10, Brady retrocedió para pasar, pero no encontró receptor, mientras hacía fintas de pasar el balón, Brady fue golpeado en su lado derecho por Charles Woodson y soltó el balón, que fue recuperado por la defensiva. Parecía un fumble claro, pues el brazo Brady claramente iba hacia atrás, sin embargo esa noche los oficiales le presentaron al mundo la Tuck Rule, una regla que protegía a los quarterbacks de cometer balones sueltos en circunstancias como esas, ante la incredulidad de todo el mundo, los oficiales le devolvieron la bola a los Patriotas, que lograron empatar el juego con un gol de campo de Adam Vinatieri, otra patada de Vinatieri en tiempo extra les dio a los Pats el triunfo sobre los Raiders, el resto de esta asquerosa historia también lo conocen.



BONUS: La Inmaculada Recepción (Oakland-Pittsburgh, Ronda Divisional 1972)

La única razón de por qué esto es un bonus y no una parte oficial de la lista es que no estoy seguro si estos Raiders hubieran podido vencer a los Dolphins invictos del ’72. Mi instinto me dice que el equipo de John Madden hubiera sido un duro hueso de roer para los Delfines de Don Shula que ese año tuvieron un calendario muy fácil.



En fin, esta historia es el mito fundacional de los Pittsburgh Steelers, así que es probable que ya la hayan escuchado, en un juego de nula ofensiva, los Raiders lograron una ventaja de 7-6 en el último cuarto. 4to down, la última jugada del partido, un presionado Terry Bradshaw lanzó el ovoide al centro buscando a Frenchy Fuqua, mientras Fuqua esperaba el balón fue destrozado por un golpe de Jack Tatum, el balón golpeó a al menos a uno de estos jugadores, hasta la fecha no tenemos certeza de a quién, pero salió rebotado justo hacia donde estaba Franco Harris quien atrapó el balón y lo llevó a la zona de anotación para darle a los Acereros la victoria…o al menos eso es lo que dicen los aficionados de Pittsburgh, pues si el balón golpeó a Fuqua eso habría invalidado la jugada de Harris en esa época y si el balón tocó el suelo, (cosa de la cual no estamos 100% seguros, pero casi que sí porque no hay toma que demuestre lo contrario) eso habría invalidado la jugada de Harris en cualquier época, sea como sea, qué manera tan amarga de perder para los Raiders.

¿Qué otra derrota devastadora en los playoffs recuerdas? Coméntanos si te gustaría que hiciéramos una segunda parte de esta lista en el futuro y si te gustó síguenos y recomiéndanos con tus amigxs.


Comentarios